viernes, 17 de febrero de 2012

MITOMANIA


 


Mentir frecuentemente puede ser una enfermedad...


Aunque todas las personas dicen mentiras por diversos motivos, decirlas con frecuencia puede ser una enfermedad llamada mitomanía

Hablar de mentiras y verdades es un verdadero problema, porque cada persona ve las cosas desde su propia perspectiva, vive una escena de forma diferente e interpreta las cosas igualmente de forma diferente, pero mentir no es solamente decir algo que "no es" sino que también es simular, intrigar o fingir.

Así que probablemente no exista alguna persona en el mundo que no haya dicho mentiras alguna vez con el fin de ocultar una verdad que puede generar reacciones de enojo, críticas, regaños o castigos que por el miedo a ellas, fortalecen la inseguridad, la desmotivación y la baja autoestima, pero también mienten las personas que son muy "pretenciosas" y que piensan que con desacreditar a alguien con sus mentiras, van a lograr una mejor posición o reconocimiento ante los demás.

El hecho es que todas las personas generalmente mienten, decir mentiras "piadosas" o no decir toda la verdad, es más común de lo que uno se imagina, sobre todo cuando se platica algo que sucedió hace tiempo, porque los detalles se olvidan para unos, pero para otros siguen presentes, por lo que el cambiar los hechos no se podría considerar una mentira.

Las famosas "mentiritas blancas" o "piadosas" no existen, todas llevan una intención y cuando se vuelven constantes y frecuentes o se calculan deliberadamente, se está manifestando un problema que puede ser muy grave y hasta convertirse en un problema patológico, cuando ese tipo de conductas generan conflictos a la persona que lo padece", según opinan varios psicólogos.

Y es que a veces mentir nos puede ayudar a salir de un apuro, también se miente como mecanismo de defensa o de ataque y es que a veces la reacción de muchas personas ante una determinada verdad, inconcientemente nos orilla a "disfrazarla", por lo general no con el fin de ocultar algo que puede ser molesto o doloroso para alguien. Por ejemplo,: se habla de alguien como calificándola de "buena persona", para no tener que revelar en verdad lo que "esta persona es".

El pretexto de mentir, ocultar algo, o no decir toda la verdad, puede tener muchas aparentes razones, pero acostumbrarse a hacerlo se puede convertir en una enfermedad psicológica llamada mitomanía, palabra que viene del griego "mitos", mentira, y "manía", modismo.

Al mentir lo que se hace es desvirtuar la realidad al decir lo opuesto, engrandecer el asunto, añadiendo elementos que no existen, además suele suceder que la cadena de una mentira siempre va en aumento, es como el llamado "juego del teléfono descompuesto", mientras más personas se enteran de algo, más se le va aumentando al "chisme", hasta que llega a ser totalmente diferente a la realidad.

Pero no hay que exagerar tampoco, ni confundir una mentira con una fantasía, inventiva o creatividad, ya que la historia estaría llena de ellas.

La mitomanía como enfermedad ya está reconocida, y se califica como tal cuando alguien miente continuamente sin medir los alcances de su mentira, lo que le permite hacer un poco más llevadera su existencia ante una situación muy devaluada de su autoestima o por tener pretensiones muy altas, y llegar a ellas, sin importar a quién daña.

El especialista comentó que cuando se dicen mentiras para salir de algún apuro, la persona está consciente de lo que está haciendo e incluso prepara con anticipación su argumento para no cometer ningún error, pero cuando no se da cuenta de lo que hace pasa al plano patológico o enfermizo.

En la mentira común y corriente uno sabe que está mintiendo, incluso se prepara para decirla, pero cuando, la persona miente todos los días, por cualquier motivo y a cada momento, maquilla la realidad con sus fantasías creyéndose ella misma lo que está diciendo, es decir, no sabe que está mintiendo porque cree en sus propias mentiras y esto ya se vuelve una enfermedad psicológica, que se tiene que atender porque con ello está demostrando que se oculta algo en el fondo que impide a la personas tener el valor de decir y encarar las verdades.

Las causas se deben buscar dentro de la historia personal de cada persona, ya que casi siempre el ser mitómano se relaciona con alguna situación o actitud aprendida o adquirida en la infancia y ya sea por baja autoestima, por miedo o por tener un complejo de superioridad ya que una mentira, puede hacer que una persona se vea a ella misma y ante los demás "más atractiva, inteligente y poderosa".

El tratamiento de este problema debe ser psicólogico y no es fácil, porque lo que para otros es una mentira, para la persona que padece el problema es una verdad que será sostenida fielmente.

Por lo general, los niños y las personas mayores no mienten, sino que tienen fantasías que viven como si realmente hubiese ocurrido y es que en ellos el límite entre la verdad y la mentira no está muy bien definido, por lo que mentir es solo producto de la imaginación o el recuerdo.

Entre las mentiras diarias que más bien son disfraces de una verdad a medias, una persona dice, están por ejemplo:

* - ¿Cómo estás? Bien gracias, (aunque se sepa que no es así). www.taringa.net    

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